Arizona

Fechas febrero 2017

Desde el 3 de Febrero al 18 del mismo Gerardo estará impartiendo charlas en diferentes comunidades de Arizona. Checa el calendario para ver dónde habrá una conferencia más cercana de tu localidad.

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New age

¿Decir “Amén” a todo?

¡Aguas!, la Nueva Era presenta a Cristo con imágenes de este tipo, obviamente sin cruz.

Comúnmente se ven en redes sociales cosas como las siguientes: “Si crees en el poder de Dios, responde amén y pásalo a tus contactos para que hoy reciban un milagro”… O bien: “Saludo al ser divino (al ser de luz, etc.) que hay en ti. Decrétalo en tu vida y en la de tus seres queridos y un milagro ocurrirá”. El caso es que muchos católicos, además de responder el tan solicitado “Amén”, lo publican en sus muros y lo comparten a más gente como si se tratara de oraciones con licencia eclesiástica y aprobadas por la Iglesia, o incluso mezclando estas pseudo-oraciones con imágenes sagradas de Nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen María, o de plano con imágenes de hadas haciéndolas pasar por ángeles buenos.

Ante estas oraciones, aparentemente inocentes y efectivas, pregunto si se advierten los engaños contenidos. Si para alguna persona no es evidente el engaño, me permito ilustrar esta colaboración -para aclarar el punto- con las imágenes que aparecen en una página de Facebook llamada “Curaciones Milagrosas” la que, lamentablemente, es seguida por muchos cristianos católicos que buscan llenar esos vacíos de plenitud en Dios, a nombre de pretender llevar una espiritualidad sin religiosidad ni mucho menos con la vivencia de los Mandamientos, “al fin y al cabo cada quien puede creer en lo que quiera, ¿o no?”, me dirán algunos. A tal comentario respondo que no. Como católicos no podemos creer en lo que queramos, sino únicamente en aquellas verdades conocidas como dogmas de Fe, establecidas por Dios a través de la Iglesia a lo largo de dos milenios de Cristianismo: basadas en la Escritura, la Tradición Apostólica y el Magisterio eclesial.

No faltan católicos que se dejan llevar por éste y otros engaños, ajenos totalmente a la fe.

La fe, la creencia y la conciencia

No faltará quien objete lo siguiente: “Tengo libertad de conciencia”. La respuesta sigue siendo no, porque la conciencia no está sujeta a debate por el hecho que es a través de la misma por la que Dios nos habla señalando lo que para nuestro bien, purificación y santificación debemos creer y obedecer.

“Tal concepto de la libertad de conciencia es de origen masónico. La conciencia no es fuente de la moral, sino un testigo de la presencia de la ley moral grabada por Dios en la naturaleza humana. Ella no determina lo que está bien o mal. Eso es patrimonio de Dios. El oficio de la conciencia es decirle a la persona cuando no está obrando de acuerdo con los mandamientos de la ley de Dios” (Romanos 2,14-16) (Cfr. José Luis Pivel [2002]. Nueva Era: ¿Religión del Anticristo?, tercera edición: Editorial San Gabriel).

La cuestión de fondo es que no todo lo que se presenta con el título de espiritual es religioso, ni todo esto compatible con la fe y la enseñanza de la misma, mucho menos debe ser aceptado a la primera sin discernimiento y sentido común, por más frases bonitas con las cuales aparezcan en redes sociales, programas de televisión, radio y cuanto medio masivo se nos ocurra.

El “Amén” de la Biblia vs el “Amén” de la Nueva Era

Hoy mucha gente a todo o casi todo le dice “Amén”, como si se tratara de una simple fórmula para conseguir mágicamente aquello que se desea. El Pueblo de Dios, ya desde sus orígenes más remotos, sabía que la palabra “Amén” significa “Así sea”, pero también lo entendía como una manera de vivir ateniéndose irrestrictamente a lo dicho y mandado por Dios por el simple hecho de estar de acuerdo con Él; dicho de otro modo, es una profesión de fe.

La palabra “Amén” la encontramos por primera vez en el primer libro de las Crónicas: “Alaben al Señor porque es bueno. Porque es eterna su misericordia. Digan: ‘Sálvanos, Señor, Dios nuestro, y júntanos de entre las naciones, a fin de celebrar tu nombre santo y tener nuestra gloria en alabarte. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre hasta siempre’. Que todo el pueblo diga: ‘Amén. Aleluya’. Todo el pueblo contestó ‘Amén’ y alabó a Yahvé” (1Cron 16,34-36).

Muy bonito, pero ya sabemos quién está detrás y definitivamente no es Dios.

Así que, ya sabiendo que la palabra “Amén” se trata de una profesión de fe al Dios verdadero y no a recetas fáciles y milagrosas que aparecen en internet, la próxima vez que les pidan en redes sociales decir esto y poner el respectivo “Like”, pueden simple y llanamente responder: “No, gracias. Sé bien en Quien he puesto mi confianza” (Cfr. 2Tim 1,12a).

“No vine para abolir, sino para cumplir. Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una ‘i’ ni una coma de la ley dejará de realizarse. Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos”. (Mt 5,17-20).

New age

Y va de nuevo el yoga

David Spangler, promotor de la Nueva Era, dijo sobre el yoga: “Se trata de un egocentrismo y narcicismo personal”. Esto lo enseñan a los niños. Y no, definitivamente tampoco hay ‘yoga cristiano’.

La necesidad me ha hecho escribir nuevamente sobre esta cuestión.

Un centro escolar privado hizo la invitación para un evento denominado “¡Yoga en Red!”, cuyo eslogan era: “Una práctica, mismo día, misma hora, muchas ciudades, ¡TODOS SOMOS UNO!”. Me enteré de ello porque una madre de familia de firme fe católica, cuyos hijos estudian en esa institución, me llamó para exponerme su preocupación, así como el buscar una posible solución ante dicha problemática. En tal centro escolar privado se imparte educación laica, pero a la vez enseñanza católica, porque se prepara a los estudiantes para la recepción de sacramentos como la Eucaristía y la Confirmación, de ahí la extrañeza del caso.

Aunque una vez más no falte quien diga que veo enemigos donde no los hay, pero sí los hay y muchos, quiero decir que al yoga equivocadamente se le ha tomado sólo como deporte, gimnasia o hasta como terapia corporal, meditativa y de respiración, con el fin de reducir los niveles de estrés y ansiedad, logrando con ello la realización por medio de “la armonización de la persona con su ser y su entorno”.

Una ‘disciplina’ fascinante

La fascinación creciente por el yoga radica en esto: es una disciplina y espiritualidad fácil, libre de compromisos religiosos, basada en la satisfacción del ‘Yo’, anulando el ‘Nosotros’, que es fruto de la caridad cristiana enseñada, alimentada y acrecentada por medio de la oración, la penitencia y el ayuno.

En mucha de la publicidad con la que se anuncian los cursos de yoga pueden leerse frases como las siguientes: “Un camino hacia la realización interna…”, “No mires hacia lo que te causa sufrimiento. Observa lo que te hace sentir bien y haz lo que te haga vivir mejor”. Tales frases son más llamativas cuando se les ilustra con una persona atractiva físicamente realizando la postura de la ‘flor de loto’ o la del ‘árbol de pie’.

¿Bonito, no? Pero raramente se le habla a la gente que esta disciplina de origen oriental trata de la liberación del alma a través del ciclo de la reencarnación, lo que a kilómetros es incompatible con la fe cristiana en la Resurrección, que es de una sola vez y para siempre ya sea para la salvación o para la condenación eterna.

¿Cuál es, pues, el problema?

Según la creencia de la reencarnación, para que ésta libere de manera definitiva (samsara) a una persona que se somete al yoga, a la meditación trascendental y demás disciplinas afines que en la mayoría de los casos son parafernalias (igual son dañinas y desastrosas), deben de sucederse en la misma persona 167 reencarnaciones o ‘transmigraciones’ de manera consecutiva por medio de la causa y efecto (karma). Si lo ponemos en años humanos, esto significa que -de ser cierto- una persona que en promedio viva 70 años le tomará 11,690 (once mil seiscientos noventa) años -reencarnando continuamente- para alcanzar la perfección y liberarse de una vez por todas de los sufrimientos de la vida terrena. Ridículo.

No se nota su efecto nocivo para el espíritu de la persona porque ésta siente efectos benéficos inmediatos en su organismo, los que pueden conseguirse con cualquier otro ejercicio corporal, teniendo buenos hábitos alimenticios y de costumbres, etc. Pero las experiencias ‘benéficas’ del yoga son aparentes: poco a poco y sin que la misma persona lo advierta, van seduciéndola de acuerdo al nivel en que se encuentre y le invita a penetrar en su enseñanza. Los hindúes y budistas saben que estos ejercicios corporales son inseparables del proceso mental, pues conducen a otro tipo de ejercicios sobre el conocimiento de sí mismos, sobre técnicas del dominio del espíritu y del alma, hasta que finalmente lleva a aceptar las creencias paganas y anticristianas de tales religiones naturales.

Levitaciones y pérdida de la conciencia

He recibido testimonios de personas que han visto a otras que practican yoga levitar varios centímetros o metros del suelo, en una especie de trance hipnótico que nada tiene que ver con los arrobamientos místicos de Santa Catalina de Siena o San Juan de la Cruz, por citar a algunos cuya santidad, amor y unión con Dios les ganaba del Cielo este don que sobrepasa las leyes de la física y la naturaleza.

Entiéndase: el yoga se trata de una autosatisfacción personal y egoísta basada en el propio mérito y esfuerzo. Puede además atraer a espíritus inmundos mediante la opresión, la obsesión, la infestación y hasta la posesión diabólicas: “Los paganos ofrecen algo en sacrificio, se lo ofrecen a los demonios, y no a Dios”. (1Co 10,20).

Fe

Y líbranos de todo mal…

Las trampas del New Age

Durante estos casi 25 años de apostolado me he dado cuenta que aún no lo he visto ni conocido todo. La gente se acerca a mí para platicarme sus testimonios, experiencias y situaciones relacionados con la Nueva Era; eso enriquece el llamado que Dios me ha hecho, pero también me hace ver la urgencia y el apremio de evangelizar.

Buscadores de la auténtica verdad

¿Tu fe es del tipo de programas de TV como “La Rosa de Guadalupe” o “A cada quien su santo”? ¿O tu fe, además de la sana enseñanza, está basada en el testimonio de fidelidad de los santos?

Si tú eres uno de estos buscadores de la verdad y de la felicidad, no caigas en las fauces insaciables de magos, brujos, chamanes, espiritistas o adivinos. Te hablaré brevemente de estas cosas para darte una orientación correcta y así puedas evitar caer en la trampa de tantos embaucadores, que buscan hacerse ricos a costa de los ingenuos y que, además, alejan de Dios a cuanto ser caiga en sus redes para llevarles de la mano hacia el reino oscuro de Satanás.

Se un cristiano auténtico, y no te olvides de ayudar a tantos otros que están desorientados, para que puedan encontrar en los laberintos de la vida el sendero que les lleve a Jesús, único Camino, Verdad y Vida.

Daños, efectos, consecuencias y… ¡soluciones!

Al final de una conferencia se acercó a mí una señora para felicitarme y contarme su testimonio. Ella había sido víctima de “trabajos espirituales” por parte de quienes querían hacerle daño. Me refirió que hace tiempo comenzó a tener una serie de complicaciones en sus pulmones y, mediante estudios científicos, finalmente le fue descubierto un tumor para el cual los médicos no tenían una explicación lógica sobre cómo apareció de la noche a la mañana y sin síntomas. Así, por medio de cirugía le extirparon el tumor y con éste la mitad de cada uno de sus pulmones.

Me contaba además que una pastora protestante había ido a su casa para orar por ella y pedir a Dios su sanación. Tal persona le exigió quitar de las paredes toda imagen religiosa, especialmente de la Santísima Virgen María, ya que -según la pastora- eso había acarreado demonios que infestaron la casa e interferían con la liberación, y por lo tanto había que deshacerse de esas cosas “poseídas”. Mi interlocutora se negó a tal petición y entonces la pastora sacó sal y aceite, los cuales frotó en su pecho para que la “liberación” se completara…. ¡Momento!, ¿y de dónde los sacó, si los protestantes no creen en los sacramentales ni en la doctrina bíblica y teológica que los avala?

Pues bueno, al proseguir con el relato, mi discernimiento me indicó que le hiciera otro tipo de preguntas, tales como si había acudido a lugares donde realizan limpias, a lo que me respondió afirmativamente y, justificándose, me dijo: “Me llevaron, pero yo no pagué nada”. Otra pregunta fue si ya había perdonado de corazón a quienes le habían hecho esos males; súbitamente su expresión se endureció y respondió con un tajante “No”. Le indiqué que perdonar en el Nombre de Dios a quienes le hechizaron y maldijeron era el paso siguiente y tal vez definitivo para que la sanación que Dios le ofrecía se realizara en ella de una vez por todas. Comenzó a llorar diciendo: “¡No puedo, no puedo perdonar!”. Fue en ese momento que hice una oración de intercesión para pedir al Señor le liberara del rencor que la ataba y que era consecuencia de la acción del Maligno en su vida atormentada.

También llamó mi atención un collar que portaba, del cual colgaba una bola con unas alas en la parte superior. Ella me decía que era un “llamador de ángeles”, el cual en su interior tenía algo metálico que, al momento de girarlo, emitía un sonido muy fino para que acudieran los seres celestiales a prestarle la ayuda solicitada. En cinco minutos le di una catequesis sobre el verdadero culto a los ángeles y le pedí se deshiciera de ese talismán.

Ya no he vuelto a saber de ella, pero espero en Dios haya perdonado a sus enemigos y recuperado la salud.

“Decía un escritor contemporáneo: ‘Quitad a Dios del mundo y se llenará de ídolos’. El Santo Cura de Ars decía: ‘Quitad al sacerdote de una parroquia y, en pocos años adorarán a las bestias’. ¿Exagerado? Lo cierto es que cuanto más los hombres actuales se alejan de Dios, más buscan desesperadamente a magos, espiritistas, adivinadores, brujos… En la medida en que disminuye la fe en Dios, aumenta la creencia en supersticiones. Todo lo que se refiere al ocultismo o esoterismo tiene cada día más aceptación, porque los hombres buscan ayuda para poder liberarse de sus males y ser felices”.

(Pbro. Ángel Peña, OAR. Líbranos del Maligno, 2007, p. 4).