Una catequesis para que conozcas mejor este gran tesoro de la Iglesia
Gracias al New Age existe un creciente problema de interpretar erróneamente y hasta para mal propósito la doctrina cristiana relacionada con los sacramentales y las expresiones de la sana religiosidad popular, creyendo que tales, por sí mismos, tienen la facultad o poder de “bendecir mágicamente” por el sólo hecho de hacerlo, pero quitando la recta devoción y el amor por Dios: Y cuando eso sucede se les convierte en amuletos o talismanes.
NECESITAMOS SIGNOS Y SÍMBOLOS
«La santificación del hombre se expresa mediante signos sensibles y se realiza de un modo propio en cada uno de ellos» (Constitución Conciliar Sacrosanctum Concilium, núm. 7).
Muchos de estos símbolos, al igual que los gestos de la oración (los brazos abiertos, las manos juntas, arrodillarse, ir en procesión, etc.), pertenecen al patrimonio común de la humanidad, como lo demuestran las diversas tradiciones religiosas. «La liturgia de la Iglesia presupone, integra y santifica elementos de la creación y de la cultura humana confiriéndoles la dignidad de signos de la gracia, de la creación nueva en Jesucristo» (CIC, n. 1149).
¿QUÉ SON LOS SACRAMENTALES?
Son signos sensibles de la presencia y acción de Dios. Proceden de los Sacramentos y nos disponen a recibir sus efectos. Su uso es cosa buena pues han sido instituidos por Él a través de la Iglesia con el fin de ayudarnos en nuestra santificación en medio de la vida ordinaria; nos ayudan a vivir de manera más intensa nuestra fe y a entender mejor nuestra espiritualidad católica. Pero tal ayuda y efectos son eficaces solo si estamos dispuestos a la Gracia Santificante, lo que significa que, si queremos ser bendecidos por Dios entonces debemos vivir conforme a su voluntad, ser buenos, amarlo a Él y a nuestros semejantes; orar y rezar con devoción pidiendo a la Santísima Trinidad guíen nuestro caminar.
¿CÓMO ACTÚAN? PRINCIPIOS SOBRE SU FUERZA Y EFICACIA
EX OPERE OPERATO. Los sacramentos producen la Gracia Santificante. Dicho de otro modo, todo sacramento obra y tiene eficacia por el hecho de ser un acto del mismo Jesucristo; no obtiene su eficacia o valor esencial ni de la fe ni de la santidad ni de la actividad del ministro o de quien recibe el sacramento.
En cambio, los sacramentales obran del siguiente modo.
EX OPERE OPERANTIS ECCLESIÆ. Es decir, que reciben su eficacia de la misión mediadora que posee la Iglesia, por la fuerza de intercesión que tiene la Iglesia ante Cristo que es su Cabeza. Aquí su acción y eficacia sí dependen de la persona que lo administra y de la persona que lo recibe. Se requiere un ACTO DE FE Y CONFIANZA EN LA PROVIDENCIA DIVINA.
EX IMPETRATION ECCLESIÆ. Significa que, los sacramentales producen sus efectos por la fuerza impetratoria (oraciones, ruegos y súplicas) de la Santa Madre Iglesia.
A éste respecto consulten en el Catecismo de la Iglesia Católica los numerales 1667 al 1679.
ENTONCES: LO QUE NOS APLICA NOS IMPLICA
La Gracia Santificante ayuda a nuestra gracia habitual, pero ésta debe ser motivada por un amor sincero a Dios mediante el buen uso de nuestra libertad y voluntad; orientando la razón y la fe en la dirección que Dios indique, no en exigirle que nos dé queramos así sin más, sin luchar contra los vicios y la pereza espiritual.
SACRAMENTALES QUE DEBEMOS TENER Y USAR
El Santo Rosario, imágenes religiosas, Crucifijos en las casas. Agua, sal aceite y benditos o exorcizados. El incienso bendecido también es muy útil y apropiado para recordarnos que estamos ante la presencia de Dios. PERO CUIDADO: debe ser exclusivamente el incienso que se usa en el culto católico, no el de origen hindú que viene en varitas y otras presentaciones cuyo aroma es muy penetrante y hasta desagradable. Esos se encuentran en tiendas de decoración donde venden artículos de origen oriental, en algunas hierberías o botánicas y en tiendas abiertamente esotéricas.
CONSEJO: Lo católico únicamente debe adquirirse en establecimientos católicos.
 
… YO SIEMPRE TRAIGO MI ESCAPULARIO, ¿TAMBIÉN ES UN SACRAMENTAL?
Ah muy bien, te felicito.  Sí, es un sacramental. Pero, sobre su uso, éstos no son adornos, sino compromisos de vida de vivir las virtudes cristianas. Te explico: históricamente, cuando nacen las órdenes religiosas mendicantes como Franciscanos, Dominicos, Clarisas, etc., los fieles laicos se sintieron atraídos y motivados a imitar el estilo de vida de aquellos hombres y mujeres religiosos. Pero debido a que quienes eran casados no podían -dada su condición matrimonial- abandonar al cónyuge y los hijos para ingresar a los conventos, tales órdenes religiosas fundan lo que después se conocería como las Terceras Ordenes Regulares: que admitía a laicos casados, solteros, viudos y célibes a practicar y vivir las virtudes cristianas y consejos evangélicos de acuerdo a su estado de vida propio. Y como el uso del hábito está únicamente reservado a quien se consagra a Dios en los votos de Pobreza, Castidad y Obediencia, las órdenes religiosas, con la autorización de la Santa Sede diseñaron una especie de vestimenta que distinguiera a los laicos como miembros de dichas órdenes, pero que también los diferenciara de aquellos hombres y mujeres que se consagraban por completo a Dios.
¿ENTONCES NO ME BENEFICIAN LOS AMULETOS Y TALISMANES?
Exacto. El amuleto es una figura, colgante o cualquier objeto al que se le atribuye poder sobrenatural para protegerse del peligro, del daño, de la mala suerte, de los enemigos y hasta (según eso) de los malos espíritus y la hechicería. Los amuletos más comunes son la pata de conejo, la Mano de Fátima, la Estrella de David. A veces llevan inscritas fórmulas en latín, hebreo o árabe. Y su valor y eficacia dependen del material con que estén hechos.
El talismán en definición es más simple, pero tiene un fin más específico: Es un signo, símbolo, figura o imagen grabada en metal u otra substancia o piedras como los cuarzos, que según dicen, contienen poderes en sí mismos. Son cosas consideradas mágicas para atraer la buena suerte. El amuleto es muy activo y sirve para provocar un mal o ‘hacer un bien’.
Se cree que confieren poderes a quien los usa mediante fórmulas o rituales. Van en total contradicción con el temor amoroso que le debemos únicamente a Dios.
El Catecismo de la Iglesia Católica condena el recurrir a éstas prácticas por tratarse de una ofensa directa a Dios y por poner la dependencia emocional y espiritual a objetos en primer lugar que a la Providencia Divina.
Son muchos los objetos que pueden ser utilizados a modo de amuleto o talismán; de hecho, cada vez que se viste de una determinada prenda para ir a una reunión importante para atraer suerte, se le está adjudicando a la misma propiedades mágicas o, como poco, cierta fuerza; se la convierte en talismán o amuleto.
VEAMOS QUÉ NOS UN SACERDOTE EXPERTO
Los amuletos y talismanes tienen que ver con la magia de cualquier color. Dice el P. Daniel Gagnon, OMI, sobre éstos objetos: Se usan en ceremonias de adivinación, necromancia o para mantener y controlar las fuerzas de la naturaleza, del mundo de los espíritus y de las fuerzas diabólicas. Dion Fortune cambió la definición de la magia de Aleister Crowley (mago satánico) en la siguiente manera: “La magia es el arte de producir modificaciones de la consciencia de acuerdo a la voluntad”. Se distingue de la magia con los trucos para entretener de los “magos”.
Cfr. GLOSARIO de Términos Personales y Grupos Vinculados con el Esoterismo y la Nueva Era. Páginas 97-98.
Consultar en el Catecismo de la Iglesia Católica los numerales 2110 al 2120.
Respecto a quienes promueven la creencia en los Amuletos y talismanes y su uso: No solo se abusa de la buena fe de la gente, sino que se propician males, ya que es una ofensa al amor y la Providencia de Dios.
¿EXISTEN LOS AMULETOS Y TALISMANES CRISTIANOS?
Rotundamente NO. Recta fe sí, supersticiones no: hay que hacer un uso debido de los sacramentales: éstos son medios (nunca fines en sí mismos) que mediante la fe y la gracia, nos obtienen de Dios lo que pedimos.
 
EL ‘POR SI ACASO’ REVELA LA GRAVEDAD DE LA IGNORANCIA.
En todos mis años de experiencia como predicador, conferencista y consejero espiritual me encuentro que mucha gente ha recurrido a supersticiones por una cuestión sentimental: “es que lo hacía mi abuelita…” “Yo sé que no es verdad, pero lo creo”.
Se revuelve la piedad popular mal entendida con la superstición que está prohibida, por ejemplo: clavar oraciones en la entrada de la casa pero no rezan ni viven en gracia los que ahí residen; y le agregan cosas como ajos, herraduras, sábila, etc. Tener imágenes de budas para la ‘buena suerte’ o diferentes tipos cristales para ‘alejar las malas vibras y traer las buenas energías’. Colgarse del cuello, amarrarse a las muñecas o tobillos runas vikingas, símbolos medievales que se usaban en la alquimia; o con inscripciones de la cábala o símbolos de sociedades secretas. Mucha gente tiene figuras de gnomos, duendes, hadas, etc. Todo esto y más, en lugar de alejar al demonio, lo invita a entrar y posicionarse de los lugares que en principio deben estar consagrados a Dios. Estas prácticas afectan seriamente la tranquilidad y espiritualidad de las personas que habitan las casas en menor o mayor grado. Aunque en la mayoría de los casos se trata de charlatanería, resulta peligrosa ésta práctica por que se invoca no a Dios, a María, los ángeles y los santos, sino a espíritus malignos.
Leer 2º Macabeos 12, 39-46 y Gal. 4, 8-11
PREGUNTA:¿Los sacramentales mal usados pueden hacer daño?
RESPUESTA: No, porque no surten el efecto deseado. Éstos nos preparan para obtener las ayudas necesarias siempre y cuando estemos en lo que se conoce como Gracia habitual y Gracia Sacramental. Por lo tanto vivamos de acuerdo a los Sacramentos.
Y NUESTROS AMIGOS LOS SANTOS
Ellos se dejaron transformar por la Gracia y alcanzaron así el don de la salvación en Cristo. Son ahora intercesores, se unen a la oración de Cristo al Padre en favor de nosotros sus hermanos y más concretamente de los que sufren.
Este es el sentido correcto del uso y veneración de las reliquias, que ayudan al corazón cristiano a renovar su fe, y que permiten así una mejor comprensión del Evangelio y una participación más consciente y madura en los sacramentos, de los cuales recibimos la gracia y la acción salvadora de Cristo.
LAS RELIQUIAS DE LOS SANTOS
“De acuerdo con la tradición, la Iglesia rinde culto a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas. Las fiestas de los santos proclaman las maravillas de Cristo en sus servidores y proponen ejemplos oportunos a la imitación de los fieles” (Sacrosanctum Concilium, 111).
El Directorio sobre la piedad popular y la liturgia (2002) muestra cuál es la doctrina católica sobre las reliquias que, como sabemos, han sido muy veneradas desde muy antiguo y han sido igualmente muy apreciadas por el Magisterio de la Iglesia.
EXISTEN DIVERSOS GRADOS DE RELIQUIAS
DE PRIMER ORDEN. Se trata de partes del cuerpo de la persona canonizada: Cabello, fragmentos de hueso, sangre, etc. Las cuales se veneran en muchos lados y son resguardadas devotamente.
DE SEGUNDO ORDEN. Son objetos que pertenecieron a los santos: utensilios, vestidos, manuscritos y objetos que fueron de su uso personal.
DE TERCER GRADO. Se trata de los objetos que han estado en contacto con sus cuerpos o con sus sepulcros, tales como: estampas, telas de lino, y también imágenes veneradas (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 236).
NOS DICE EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
“Las diversas formas de devoción popular a las reliquias de los santos, como el beso de las reliquias, adorno con luces y flores, bendición impartida con las mismas, sacarlas en procesión, sin excluir la costumbre de llevarlas a los enfermos para confortarles y dar más valor a sus súplicas para obtener la curación, se deben realizar con gran dignidad y por un auténtico impulso de fe…” (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 236 y 237).
UN SACRAMENTAL MUY PODEROSO PERO MUY DESCONOCIDO: LA BENDICIÓN
¡Sí, así es! Hay que mencionar que la bendición de los padres sobre los hijos es un sacramental muy poderoso que invoca la protección de Dios sobre ellos, ayudándoles en el cumplimiento de las virtudes cristianas y librándoles de las tentaciones, los peligros y la muerte. En el caso de la bendición entre esposos casados por la Iglesia (y en caso de que no, actúa por la virtud del sacramento del Bautismo de uno o de ambos, aunque con menor eficacia dada la situación irregular), éste procura la protección y cuidado debido al cónyuge para salvaguardar la sacralidad del vínculo matrimonial y el cumplimiento de los votos emanados del sacramento.
Una de las primeras bendiciones que encontramos en la Biblia la encontramos en el Libro de los Números, capítulo 6 versículos 22 al 27. Donde Dios Padre nos enseña a bendecir y nos habla del beneficio de hacerlo. Dice de la siguiente manera: Habló Yahveh a Moisés y le dijo: Habla a Aarón y sus hijos y diles: «Así habéis de bendecir a los israelitas. Les diréis: ‘Yahveh te bendiga y te guarde: ilumine Yahveh su rostro sobre ti y te sea propicio; Yahveh te muestre su rostro y te conceda la paz.’ Que invoquen así mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré.»
¡Anímate a bendecir y desea la bendición de Dios para tu vida!
E. Gerardo García Juárez

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